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En el marco global de transición energética, las Estaciones de Servicio se encuentran en una situación especial, puestas a prueba, una vez más, para adaptarse a los cambios que propone el mercado de la movilidad.
Pese a que muchos países ya han especificado sus hojas de ruta con objetivos de descarbonización hacia finales de la década y con vistas del abandono progresivo de los combustibles fósiles hacia el 2050, según los compromisos internacionales, Argentina aún no da señales claras frente a políticas vinculadas al cambio climático.
En diálogo con localhost/surtidores Juan Carlos Villalonga, exdiputado y consultor en energías renovables, hidrógeno, cambio climático y desarrollo sostenible, destaca que “no se ha manifestado una vocación regulatoria o de desarrollo de renovables por parte del nuevo Gobierno ni se han posicionado sobre el plan aprobado en la gestión anterior“, generando incertidumbre sobre el futuro de las fuentes de energía alternativas.
Uno de los aspectos fuertemente vinculados a este plan es el del rol del gas natural. Tras la construcción del gasoducto, hubo un resurgimiento del valor de este recurso como una oportunidad económica para el país.
Sin embargo, el consultor plantea cautelas sobre las expectativas en torno al gas, resaltando la necesidad de considerar la competencia internacional, una contracción del mercado a partir del 2030 y las condiciones específicas para su papel como combustible de transición.
Sobre este último punto, manifiesta que tanto a nivel de producción de energía eléctrica como para la movilidad, el gas natural para el mercado interno es de uso limitado, a diferencia del petróleo.
Asimismo, señala que este es solo un recurso de transición para aquellos países que dependen demasiado del carbón, que no es el caso de Argentina.
“Aquí ya se empezó a ver la reconversión de gran cantidad de flotas de vehículos y de Estaciones de Servicio que se hacen duales pero, en los próximos 10 años el salto es hacia la electromovilidad”, sentencia Villalonga y lleva la atención a posibles cambios en la carga impositiva, como la baja de impuestos que pueden influir en la importación de vehículos eléctricos y, por ende, en el crecimiento de este mercado.
Ante este panorama, los estacioneros se enfrentan a la necesidad de diversificar sus ofertas y el consultor sugiere que los puntos de carga deben ser incorporados progresivamente en todas partes.
“El sector lo va a lograr“, afirma el exdiputado, señalando que históricamente se han adaptado a cambios, como de simples puntos de reparación y carga de vehículos a los centros multiservicio donde se valora la elegancia y diversificación que ya han logrado, convirtiéndose en lugares más allá del simple suministro de combustible.
Por último, en términos de resiliencia energética, Villalonga propone la consideración de la generación propia de energía eléctrica en las Estaciones de Servicio. Esta medida no solo facilitaría la adaptación a la creciente demanda de movilidad eléctrica, sino que también contribuiría a la autosuficiencia energética de estos establecimientos.
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