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La necesidad de los consumidores a adaptarse a la nueva realidad económica los llevó a ya no solo mirar el surtidor, sino también sus pantallas y carteles promocionales, buscando maximizar cada centavo y en ese contexto, la digitalización, lejos de ser una opción, se ha convertido en la regla de oro para quienes desean minimizar sus gastos cotidianos.
De esta manera las modalidades de pago alternativas al dinero papel, se posicionaron como una de las herramientas más utilizadas por los automovilistas, potenciados por una creciente cantidad de promociones y beneficios ofrecidos por las compañías petroleras.
En este escenario, el uso de tarjeta y código QR experimentó un auge significativo, consolidándose como la opción preferida para adquirir nafta, gasoil o GNC. Según los últimos estudios del sector, las transacciones mediante tecnología contactless ya representan dos tercios de los pagos presenciales, mostrando un crecimiento cuatro veces mayor en comparación con el año anterior y algo similar ocurre con las billeteras virtuales.
“La gente está muy atenta a las múltiples oportunidades de descuento disponibles a través de apps y otras herramientas digitales”, destacó a localhost/surtidores la analista de consumo Carolina Suárez. Estas estrategias promocionales no solo fomentan el uso de medios digitales, sino que también se convierten en un alivio para los bolsillos de los usuarios.
En palabras de la especialista, “hoy los consumidores miran más allá del precio directo del surtidor; buscan quién les ofrece mayores beneficios, qué día es más conveniente cargar y cómo obtener el máximo provecho de sus billeteras electrónicas”. Comentó que este cambio de hábito responde a un mercado cada vez más competitivo, en el que los consumidores priorizan la rentabilidad de sus decisiones.
Vale destacar que desde la implementación de la nueva normativa de la Secretaría de Comercio de la Nación, que permite realizar pagos sin entregar la tarjeta física, los métodos contactless han ganado terreno por su simplicidad y rapidez. “Es el mecanismo más simple y veloz”, enfatizó Suárez, anticipando que esta tendencia continuará consolidándose.
Pero, otro de los factores que contribuyen al auge de esta experiencia de compra es la percepción de estabilidad en el suministro de combustibles. “Ya no vemos largas filas en las Estaciones de Servicio tras cada actualización de precios. Eso genera confianza y permite a los consumidores concentrarse en optimizar sus gastos”, añadió la entrevistada.
Sin embargo, este avance no está exento de desafíos. La analista subrayó que, aunque el combustible ha dejado de ser una preocupación en términos de disponibilidad y previsibilidad de precios, sigue representando un costo significativo en el presupuesto de la clase media, que además enfrenta los gastos de mantenimiento del vehículo.
“El combustible ha dejado de ser únicamente un bien esencial para convertirse en un producto más dentro de las decisiones de consumo”, afirmó Suárez y agregó que la competencia entre las marcas se ha trasladado al ámbito digital, donde las apps y las billeteras electrónicas son el nuevo campo de batalla.
De esta forma, la referente concluyó en el hecho de que, con un mercado más abierto y dinámico, las Estaciones de Servicio no solo compiten por precios, sino también por beneficios adicionales que atraigan a los compradores. “Este fenómeno refleja una transformación profunda en los hábitos de consumo, que promete seguir evolucionando en los próximos años”, sentenció Suárez.
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