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En la práctica, sucede en muchos casos que se monta una empresa sin definir previamente un Plan de Negocio, y por lo tanto, sin conocer de una manera adecuada ni los propios fundamentos de la empresa, ni del mercado, ni de la competencia, cómo se financiará, como se promocionará, qué previsiones de flujos de tesorería tendrá, etcétera.
Mucho más grave es sin duda que empresas con varios años de rodaje continúan sin establecer dicho Plan de Negocio y van tirando, mejor o peor, sin saber muy bien a dónde van, por qué ganan lo que ganan, por qué están teniendo menos beneficios últimamente (¿será culpa de la crisis?), o si dentro de dos años deberían seguir con ese negocio o no.
La orientación que el empresario le quiera dar a su negocio puede ser un elemento clave, sobre todo en esta época de crisis. Por ejemplo, en el caso de las estaciones de servicio, los empresarios del sector se quejan de que ha bajado el consumo, pero, ¿han empeorado todos por igual? Por supuesto que no, unos han empeorado un poco, otros incluso han tenido que cerrar, y sin embargo, algunos han mejorado sus cifras.
¿Por qué tienen éxito estos últimos? ¿Por la situación del local? ¿Por la atención al cliente?¿Porque tienen una relación calidad precio excelente? ¿Por un ambiente agradable? ¿Porqué…?
Estas preguntas, que pueden parecer triviales, no lo son. Como se decía anteriormente, el Plan de Negocio debe responder a éstas y otras cuestiones, y realizar un análisis FODA (definir los Puntos Fuertes y Débiles de la Empresa, las Amenazas y Oportunidades), y por lo tanto conocer el mercado y la competencia.
Pongamos como ejemplo el mercado inmobiliario. Hasta hace relativamente poco se vendía todo lo que se construía, era un mercado en el que la demanda era superior a la oferta, a pesar de que ésta era muy alta (parte de la demanda tenía un componente claramente especulativo). Sin embargo, ahora la demanda ha caído en picado, prácticamente lo único que se construye es lo que estaba ya en marcha, y apenas se inician obras nuevas.
En esta situación, imaginemos que en una ciudad de tamaño medio se vendían anualmente 1.000 viviendas, y nuestra empresa vendía 100, así que tenía una cuota de mercado del 10%. Si la demanda ha caído hasta 150 viviendas, el empresario tiene dos opciones, o cambia de negocio o trata de incrementar su cuota de mercado, para que la caída global del mercado le afecte a él como empresa lo menos posible.
Sin duda, esto es difícil de conseguir, pero una condición necesaria, aunque pueda no ser suficiente, es conocer su propia empresa, el mercado, la competencia, es decir, tener un Plan de Negocio claramente definido y actualizado.
La situación de las estaciones de servicio es relativamente parecida más allá de las particularidades que nos proyectaron a este presente. En muchos casos nos dejamos caer en la queja irremediable sin percatarnos de que un cambio a tiempo pude traer algo de aire fresco que si bien no recupera el escenario perdido, ayuda a atravesar el momento.
En este sentido vale también recurrir a la creatividad como socio estratégico para adaptar la oferta a las necesidades actuales de los clientes. De esta cualidad y de un Plan de Negocios rediseñado y amoldado a la época surgirán seguramente las herramientas que nos den la posibilidad de recomponer el presente de nuestra empresa y recomenzar de pie cuando la crisis haya pasado.
Texto adaptado de Aprovechar La Crisis Para Redefinir La Empresa: El Plan De Negocio de Pablo Rodríguez, licenciado en Ciencias Empresariales
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